El ACCIONA Open de España presented by Madrid 2021 se presentaba como un ‘todos contra Jon’ y es que el genio de Barrika llegaba a Madrid como número uno del mundo, como defensor del título y, por si fuera poco, con el objetivo de alcanzar a Seve Ballesteros en lo alto de la lista de ganadores del torneo.
Era el gran favorito, y aunque empezó realmente bien con una gran vuelta de 63 golpes el primer día, ante más de 30.000 personas, las fuerzas comenzaron a fallarle, especialmente el fin de semana. Una larga temporada, con muchas emociones y el triunfo en el US Open, hicieron que Rahm llegara a Madrid en la reserva, y no pudo responder a su papel de favorito, terminando en la 17ª plaza tras un mal fin de semana de 72-69, a seis golpes del resultado ganador.
Un resultado que perteneció a dos hombres, Adri Arnaus y Rafa Cabrera, dos jugadores que, a falta de Rahm, hicieron las delicias del público español y terminaron jugándose el título en un apasionante playoff.
La balanza cayó del lado canario, de un Rafa Cabrera que conquistaba su cuarto título del European Tour y, por fin, se estrenaba en casa, una asignatura pendiente que tenía desde hacía años, concretamente desde 2002, cuando con 17 años y siendo amateur, terminó en cuarta posición. “Desde pequeño, y más aún desde aquel torneo, llevo soñando con poner mi nombre en esta copa. Además, con la inconsciencia de aquellos 17 años, seguro que pensaba que lo ganaría mucho antes y bastantes más veces, pero aunque ha tardado, por lo menos aquí lo logro”, afirmaba el canario ya con la copa en la mano.
No lo tuvo fácil, pues aparte de con grandes jugadores, Cabrera tuvo que lidiar contra sí mismo, su mala racha de cuatro años sin ganar y sus fantasmas de los últimos meses en los que parecía que el juego le había abandonado. Se repuso a todo eso, incluido un doble bogey en el primer hoyo de la última jornada, perdiendo así la ventaja con la que afrontaba los últimos 18 hoyos.
Por su parte, Adri Arnaus dio buenas señales del gran jugador que es y de la facilidad que tiene para conectar con el público gracias a su juego siempre agresivo, como muestran los dos eagles que logró en la jornada final para poner en apuros a Cabrera. Por aquel entonces, el catalán buscaba su primera victoria en el European Tour, y eso también pudo pesar a la hora de rematar cuando, a falta de tres hoyos, era líder en solitario. Finalmente, Cabrera logró un fantástico birdie en el hoyo de desempate y por fin pudo poner su nombre en la placa de ganadores, un lugar en el que seguramente no tarde mucho en aparecer Adri Arnaus.