David Gómez es conocido por muchos en el mundo del golf como ‘el hombre milagro’, pues consigue hacer maravillas con los campos en los que se disputa cada año el Open de España. Es el responsable de la ‘Green Section’, comité de la Real Federación Española de Golf que se encarga del mantenimiento y asesoramiento de campos de golf en España. Tras ser uno de los grandes héroes, junto con su espectacular equipo, de la edición 2018 en el Centro Nacional, en 2019 se espera mucho de él, pero ahora juega con una doble ventaja: más tiempo para prepararlo y un diamante bajo su cuidado como es el Club de Campo Villa de Madrid.
P- ¿Cómo está el campo del Open de España?
R- Lo mejor que se puede decir del campo ahora es que tiene hierba, y es que cuando vinimos hace un año por primera vez, sabíamos que había que acometer una serie de cambios importantes y así llegar al torneo con hierba suficiente en el campo. Históricamente, la climatología de estos meses es la peor para Madrid, porque nuestra hierba es idónea para el invierno, pero en los meses posteriores al verano sufre, aunque tras los cambios que hicimos estoy tranquilo porque los greenes están muy sanos, hay hierba suficiente y va a comportarse bien.
P- Un año preparando el torneo, ¿esa es la principal diferencia respecto al del año pasado que se tuvo que preparar a la carrera?
R- Exacto, en 2018 apenas tuvimos siete semanas para preparar el Centro Nacional, y en esta edición contamos con un año entero. Desde el día que vinimos el octubre pasado, nos marcamos un plan de cinco puntos que eran vitales para tener una preparación óptima del campo:
- Aumentar la calidad del agua de riego, algo que ha hecho el CCVM desde un absoluto compromiso con la sostenibilidad.
- Cambio de maquinaria, pues hemos traído máquinas específicas para este tipo de preparación, más manuales, que nos permiten dejar el campo más bonito.
- Un programa de pinchado y recebo del campo muy agresivo y así cambiar el perfil del suelo para que esté más firme y mejor.
- Apoyo del personal, pues nos hemos complementado con los trabajadores del campo para suplir vacaciones, bajas y demás… Y así tener siempre gente trabajando para el objetivo del Open.
- La parte agronómica también se ha trabajado entre CCVM y nuestra ‘Green Section’, con gente nuestra metida en el día a día del campo y así poder sacarlo adelante entre todos.
P- ¿Cuánta gente ha trabajado en preparar el campo lo mejor posible para el Open 2019?
R- El Club de Campo, ahora mismo, tiene su plantilla para los dos campos y el Pitch&Putt, y nosotros les hemos unido a parte de nuestro equipo. En total, hablamos de unas 30 personas, aunque obviamente el personal del CCVM no está en exclusiva para el recorrido del Open, pues hay otros dos campos que atender.
P- ¿Cuáles son las mayores dificultades que te has encontrado para la preparación de este torneo?
R- Sin duda, la climatología. Ha sido un año muy seco, y eso ha sido un lastre, pero debo decir que lo hemos suplido con creces gracias a la actitud de todo el equipo de trabajadores, porque están siempre abiertos y dispuestos a que les ayudemos.
P- ¿Qué beneficios tiene que sea una sede fija para cinco años?
R- Para mí, es un beneficio total, porque podemos planificar todo con una idea de futuro. De hecho, ya estamos pensando en qué cosas vamos a hacer para el año que viene, como por ejemplo un plan de mejora en la construcción de los búnkers, seguir siendo agresivos con el pinchado y recebo… En definitiva, este año no va a estar perfecto, pero sí que cada año nos vamos a ir acercando más a esa perfección, a unos estándares de calidad altísimos.
P- Si tuvieras que pedir unas condiciones climatológicas para estos días de torneo, ¿cuáles serían?
R- Pues cuando mejor y más sanas crecen la poa y la festuca es con una media de 22-23 grados durante el día y 14 por la noche. Y si no es mucho pedir, algo de lluvia, pero no mucha, que sino me destroza los búnkers.
P- Cuando llegan este tipo de eventos en los que el campo está bajo mil miradas y se habla mucho de ti, ¿tienes más miedo a la crítica general o a la tuya propia?
R- Sin duda, a la mía y la de mi equipo, que somos demasiado autoexigentes. Personalmente, yo me exijo mucho, porque el departamento está muy comprometido con llevar el Open de España a lo más alto, y no se puede fallar. Además, ya no es únicamente la Federación Española, hay otros agentes involucrados como el Club de Campo oMadrid Trophy Promotion, que han confiado totalmente en nosotros, y si les fallamos la hemos fastidiado. Lo único que espero es que tengan la paciencia de saber que este campo va a ir creciendo con el tiempo y con las inversiones que se hagan. La crítica nos la hacemos nosotros, como por ejemplo el año pasado, que aunque se hablaba de que el rough no era del nivel del European Tour, se buscaba que fuera ‘El Open de todos y para todos’, y eso creo que lo conseguimos.
P- Si hablaras con los jugadores, ¿qué secretos les darías?
R- En este torneo creo que la clave va a estar en los tiros a green, porque estos greenes no son muy grandes, y los tenemos muy firmes y bastante rápidos. Hay posiciones de bandera muy complicadas y la gran defensa de este campo son las escapatorias alrededor de green, que las hemos preparado a conciencia. Así que, si no picas bien la bola en green con los segundos tiros, va a ser complicado hacer pares.
P- El diseño de Arana está muy pensado bajo el lema de ‘riesgo-recompensa’, ¿cómo se gestiona eso en la preparación del campo?
R- Efectivamente, los diseños de Javier Arana, influidos también por Colt y Simpson, tienen esas situaciones de ‘riesgo-recompensa’ en todos los hoyos. Hay hoyos que dejan muy clara esa estrategia como son el 1, el 5 o el 13, donde si te la juegas y sale bien, sacas mucha renta. Nosotros hemos cuidado eso al máximo y por eso creo que los jugadores deben venir muy finos en los segundos golpes si quieren ganar. Y el rough va a estar bastante puñetero, pero estos chicos son muy buenos… Aunque si no van a calle, ya digo que el tiro a green se complica.