La segunda jornada del Open de España ha tenido ligeros tintes de montaña rusa para Jon Rahm, que aunque ha conseguido terminar en muy buena posición de cara al fin de semana, no está demasiado contento con su juego.
La vuelta no ha empezado nada bien para el de Barrika, con un doble bogey en el segundo hoyo del recorrido que le sacudía por completo y sin haber apenas entrado en calor.
A partir de ahí, y sin seguir estando cómodo, lograba tres birdies en los siguientes cuatro hoyos, pero no era hasta el hoyo 13 cuando por fin conseguía recuperar las buenas sensaciones.
Todo el partido casi a remolque de sus dos compañeros, Arnaus y Cabrera, para finalmente terminar recuperándoles distancia y llegar al fin de semana con plenas opciones de victoria, a tan sólo dos golpes de ellos.
Cuatro birdies y un bogey para el defensor del título en sus seis últimos hoyos hacían que terminara con buenas sensaciones, aunque sigue siendo muy exigente consigo mismo y sabe que mañana necesitará una mejor versión para asaltar el liderato. De eso mismo hablaba al finalizar la vuelta: