Vuelve Cabrera-Bello a dónde volvió a ser feliz. Vuelve al lugar donde demostró a todos, y sobre todo a él mismo, que tiene golf de sobra para competir y pelear por títulos. “Mi juego no está tan lejos de lo que los resultados enseñan”, confesó el canario antes de encarar el fin de semana del año pasado tras una gran vuelta. Aquello acabó en victoria en un trepidante playoff contra Adri Arnaus.
Salió con dos golpes de ventaja y le pasó lo peor que le puede suceder a un golfista que está atravesando problemas de confianza. Doble bogey al 1 tras partir la calle desde el tee. Drama, todos los fantasmas de vuelta y 17 hoyos por delante que se le podían convertirse en una auténtica tortura. Rafa dijo no. La personalidad que mostró fue apabullante. Su celebración lo explicó todo. Toda la rabia, toda la frustración y toda la tormenta se apagó con un festejo ya icónico en el green del 18 del Club de Campo Villa de Madrid. El canario levantó el puño al cielo de Madrid con furia.
No hay que olvidar que llegó a ser el 16 del mundo, que ha pasado 99 cortes en el PGA Tour y que tiene 15 Top-10 en el circuito americano. Que se codeó con los mejores y les miró de tú a tú durante meses. A eso hay que añadir sus cuatro títulos en el DP World Tour. Falta que las piezas vuelvan a encajar, exactamente como hizo el año pasado.
Sigue en la búsqueda de su mejor nivel y qué mejor sitio que el ACCIONA Open de España presented by Madrid. Además tiene al público totalmente entregado a su causa, llegó a confesar el año pasado que lo que vivió las últimas dos jornadas le puso la piel de gallina. Por el camino ha cosechado dos grandes resultados en Rolex Series: Abu Dhabi HSBC Championship (T2) y BMW PGA Championship (T9).
Lo dice todos los años que aparece por Madrid: “Este campo me gusta mucho, se adapta a mi estilo de juego como anillo al dedo”. Estén atentos al canario que igual la vuelve a liar en esta edición.