Matthieu Pavon apareció en sala de prensa con una sonrisa de oreja a oreja. Tras 185 torneos por fin es campeón del DP World Tour. ‘Wire to wire’ que dirían los anglosajones. Cogió el liderato el jueves y nunca lo soltó. La primera pregunta fue si hubo nervios cuando Rahm entró en ebullición por la mañana. “Hacía dos años que no lideraba un torneo el domingo. No vi nada, no me gusta ver nada antes de jugar.”, sentenció el francés.
En cuanto a qué significa ganar por primera vez lo tuvo claro: “Es un deporte profesional al más alto nivel. No es nada fácil ganar. Es ver como el trabajo duro de los últimos años da su frutos. Es un logro enorme y he sido capaz de lograrlo gracias a mi familia y mi equipo”. El francés rompió a llorar según abandonó el green del 18 y explicó que se había acordado mucho de su abuelo. Madrileño y exiliado por la guerra a Francia, Matthieu no pudo contener la emoción de ganar en casa de su ser querido.
Sobre su espectacular semana robándole 23 golpes al Club de Campo ha sido bastante humilde: “El campo se estaba jugando muy difícil, más que el año pasado. Si no hubiese llovido el viernes las cosas se hubieran complicado mucho más. Especialmente atacar a las banderas de hoy.”
Del campo ha vuelto a hablar maravillas. Lleva toda la semana diciendo que le entra por los ojos porque es un recorrido para jugadores de ‘fade’ como él. Hoy además ha confesado que lo jugó hace diez años en el Alps Tour y que aquel torneo le ha servido para proclamarse campeón: “Tengo buena memoria y guardo muchas cosas positivas de aquella vez. Me sirvió para tener visualizados los hoyos. Me ha ayudado mucho”.
Al público de Madrid le lanzó un piropo espectacular: “Jugué el año pasado con Rahm el sábado, no noté diferencia de cariño de los fans hacía él o hacía mí. Me siento como en casa cada vez que vengo. He sentido el apoyo del público español desde el primer momento”.
Le recordaron que con su victoria se acerca a los Juegos Olímpicos de París 2024 y se sorprendió porque no lo había pensado: “No lo tenía en mi mente. Simplemente jugando los torneos, no pensaba en ello o en la tarjeta del PGA Tour. Ahora que me lo dices es un gran honor representar a mi país si lo consigo.”
Finalizó la rueda prensa explicando el tatuaje que adorna el dorso de su mano. Una frase que la toma como forma de vida: “El sudor que fluye ahora se convertirá en la lágrimas de felicidad del mañana”. Matthieu, esas lágrimas de felicidad son el presente. Enhorabuena.