La diferencia entre los muy buenos y las leyendas se ve claramente en días como hoy. Jon Rahm trasciende, es una realidad empírica. Se presentó al tee del 6 a buscar su driver a la bolsa y según le quitó la funda tardó medio segundo en ver que se había roto en su salida del hoyo 5. La regla dice que se puede arreglar, pero no cambiar. Llamada al árbitro, entrega del palo y enfado monumental por la mala suerte que se había vuelto a cebar con él. Cuando el árbitro se llevó el palo el de Barrika no dudó en recordarle que “esa norma no tiene sentido y hay que cambiarla ya”. Drama total. Para cualquiera que no sea él, claro. Lo que se vivió hoy en el Club de campo entre el hoyo 7 y el 14 en el que recuperó su driver después de que se lo pudieran arreglar ya forma parte de la historia del torneo.
Una lección de golf sólo al alcance de los elegidos. Se encomendó a la madera 3 y de primeras se encontró en el segundo golpe del 7 tirando 102 metros más atrás que ayer. ¡102! Su gran ventaja, evaporada por un infortunio. Pero Jon es mucho Jon. Ante las adversidades, puñetazo en la mesa. Se fue al primer búnker de la izquierda y ahí empezó la exhibición. El golpe más difícil que hay en el golf: 53 metros al hoyo. Hay unanimidad entre los profesionales en señalar esa distancia desde la arena como lo más complicado que hay en este endiablado deporte. Si tienen oportunidad, véanla. La dejó dada.
En el 8 defendió la falta de distancia con dos putts rutinarios para par y en el 9 hizo la que hace todos los fines de semana en Madrid. Desde el tee dijo “por lo menos está en green”. Vaya si estaba. En uno de los hoyos más concurridos del campo, abarrotado de cientos y cientos de personas regaló al público madrileño un birdie con suspense. Entró en la última vuelta. El rugido se escuchó en Moncloa.
En el 10 incluso parecía que la situación le gustaba. “¡He cogido una calle!”, exclamó. Pegó una madera 3 que pagaría por ver todos los días de mi vida. Y es aquí cuando entra en juego la mística: Le pegó tan bien en el 10 y el 12 desde el tee que cuando recuperó su driver antes de la salida del 13 decidió no usarlo. Un hoyo que es de driver sí o sí. No sé si fueron los dioses del golf premiando el duro castigo que había recibido pero el caso es que Rahm desde 180 metros pegó el mejor hierro desde que pisó Madrid el miércoles. Le robó tres golpes al campo en siete hoyos sin driver. Muy pocos se hubiesen sobrepuesto a la situación, a Rahm le envalentonó. Los birdies del 16 y del 18 redondearon una tarde donde una vez más volvió a enamorar a la capital española. 65 golpes para un total de -11 en, posiblemente, una de sus mejores vueltas aquí dadas las circunstancias.
Rahm se levanta el domingo para hacer historia en España. Superar a Severiano Ballesteros en número de Open de España, abrir todos los telediarios del país levantando el trofeo y seguir haciendo crecer el golf español a cotas nunca vistas. A dos golpes del sorprendente Ángel Hidalgo, nos quedan 18 hoyos para resolver el misterio. El vasco se ha visto en la empresa de mañana mil y una veces, Hidalgo jamás. Ya avisó ayer Rahm que no le daba ningún consejo. Un jugador normal tendría pánico a la situación de mañana. Si Hidalgo le levanta este Open a Rahm se recordará durante décadas. Si Rahm lo gana, toda la eternidad. El mejor ACCIONA Open de España de la historia tiene el final que se merece, uno legendario.