Llegó Rose al tee del 10 con ganas de darle la vuelta a su decepcionante vuelta de par del jueves y no pudo empezar mejor. Primer hoyo y primer birdie, toda una declaración de intenciones. Ayer se mostró contrariado por las numerosas oportunidades de birdie de las que dispuso y no supo aprovechar. “He fallado nueve putts de tres metros o menos”. Si ven la secuencia hoy del 15,16,17 se entiende a la perfección que el británico tiene un problema muy serio con los greenes del Club de Campo. El del 17 se quedó incluso un buen rato departiendo con su caddie tras errar un putt de medio metro. En sus gestos se veía claramente que estaba viendo mal las caídas.
El rough fue destino habitual desde el tee, los putts seguían sin entrar y la desesperación iba en aumento pero Rose explicó en Madrid en el hoyo 12 por qué ha sido número 1 y tiene un ‘major’ en sus vitrinas. En un rough alto, denso y empapado se sacó un hook con un árbol delante maravilloso. Sacó un par no apto para mortales.
El inglés ya dijo en la previa que venía a ganar y le honra los 36 hoyos que ha peleado como un jabato en la capital española. Según le han salido las cosas cualquier otro golfista no pasa el corte. Es la diferencia entre los buenos y la élite, mentalmente son superiores a la media.
Y precisamente ese es el motivo por el que podremos disfrutar del fino golfista inglés el fin de semana. Sus birdies en el 14, 18, 4 y 8 hablan a las claras de que estamos ante un competidor nato. Un total de 67 golpes que le colocan cuatro bajo par en el total y que nos permitirán disfrutar del inglés dos días más en Madrid.
Si a su fortaleza mental le añadimos que la fama que tiene de caballero y exquisita educación es cierta pues lo único que cabe pedir es que vuelva todos los años. Ni una mala palabra, ni un mal gesto y siendo cariñoso a más no poder con la afición española. Hasta una madre se quedó alucinada porque el inglés le dio una bola a su hijo: “¡Pero si ni se la has pedido!”. Más deportistas como Rose, por favor.