Lo que ocurrió en el hoyo 7 del Club de Campo Villa de Madrid resume a la perfección quién es Jon Rahm y por qué está aquí. “Estoy obligado a venir por España”. Alto y claro. Ese fue el mensaje que dejó el de Barrika cuando fue entrevistado en medio del recorrido por la televisión del DP World Tour. Justo antes, en el tee, amagó con romper el driver. La bola no abrió como esperaba, y temió lo peor en el hoyo más fácil del campo. Sin embargo, la bola acabó en medio de la calle, aunque él no lo sabía. Lo que sí es evidente es que tiene unas ganas locas de ganar, y no lo puede disimular. Es consciente del impacto mundial que tendría una victoria aquí, además de la oportunidad de superar a Seve en triunfos en el Open de España. “Cuando gane 5 majors y 50 títulos, me comparáis con él”. Competitivo hasta la médula, pero también humilde.
Ni siquiera la súper élite puede escapar de la necesidad de adaptarse rápidamente a la velocidad de los greenes. A Rahm le costó más de la cuenta ajustar su putt, mucho más que lidiar con el fuerte viento que soplaba en Madrid. Él mismo reconoció en zona mixta que le habría beneficiado haber probado más los greenes: “Siempre hay diferencia entre el putting green y luego el campo, sí creo que me hubiese ayudado haber jugado esta semana. Me he sentido dubitativo. Por lo menos es un campo familiar para mí”, añadió Jon.
Al final, el viento no fue tan feroz como se preveía, y los jugadores de la tarde lograron mejores resultados que los de la mañana. Curiosamente, el único putt largo que le entró hasta ese momento fue en el que menos confianza tenía. Jon se reía después de ver cómo lograba el birdie en el 13 casi sin querer, tras la última vuelta de la bola desde casi seis metros. El birdie en el 17, por todo el centro y con la fuerza exacta, sugiere que los próximos tres días pueden ser espectaculares.
Rahm ha vuelto a jugar al golf en España, y Madrid sonríe. El público no faltó a su cita anual con el león de Barrika, a pesar del vendaval, y apoyó en masa al jugador español. Él devolvió esa confianza regalando a la grada del 18 un fantástico birdie para cerrar su vuelta. A pesar del pesimismo mostrado por el propio Rahm el miércoles, cuando eres uno de los mejores del mundo, respondes. No importaron el reciente nacimiento de su hija el lunes, el vuelo de más de 10 horas, ni el hecho de que apenas haya podido practicar. Rahm, con lo mínimo, sigue siendo superior a la mayoría del field. “Ahora me pedirán que gane”, dijo con una sonrisa de oreja a oreja tras su brillante final.
Rahm firmó un -3 en la casa club con lo justo: cinco birdies, dos bogeys, y se fue de vacío en el hoyo más fácil del campo. Que tiemble el field si, con menos de 24 horas en Madrid, ya está cómodamente instalado en el Top-5. “Si acabo cerca de los diez primeros mañana, el fin de semana sí que me puede exigir más”. Así dejó Rahm su ‘amenaza’ para todo el field.
El viernes, a las 9:10, en el tee del 10, con condiciones climáticas mucho más favorables y los greenes en perfecto estado de revista, mucho ojo, porque puede reventar el campo. Severiano, desde el cielo, mira con una sonrisa: la cuarta está cada vez más cerca.